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Mostrando entradas de enero 5, 2020

Hijo de la mar, Enrique García-Máiquez

Cfr. GARCIA-MAIQUEZ, E., Mal que bien, p. 50 HIJO DE LA MAR Qué poco te impresionan mis artículos ni las reseñas ni las entrevistas ni las invitaciones a lecturas. Los niños me celebran todo más, mi padre, por supuesto, y hasta tu madre, incluso. A ti no se te quita esa mirada irónica ni esa sonrisa etrusca, leonardesca, a lo Sara de Ur. No lo digo quejándome: me alegro porque el estrépito de mis fracasos no parece afectarte tampoco lo más mínimo. Diría que los das por descontados. Tú me quieres por dentro, como a los hijos de la mar, desnudo. (Jamás imaginé que aquello de la desnudez matrimonial fuese esta cosa tan literalmente metafórica.) Dicen los moralistas que a la tumba no nos llevamos nada. (p. 51) Cuando muera, recibirá la tumba todo aquello que amaste y, en sus brazos abiertos, yo, monógamo más allá de la muerte, atisbaré un gesto acogedoramente tuyo.